Asegura ser muy cercana a la familia presidencial. Tanto que la diputación plurinominal que ostenta es parte de esa cercanía.
La diputada estudió Ciencias de la Comunicación y ocupó diversos cargos menores en la administración local, todos relacionados a las relaciones públicas y el manejo mediático.
Pero parece ser que todo esto se le olvido, cuando su grupo parlamentario tomó la Tribuna de la Cámara de Diputados y gritaba insultos irrepetibles a sus compañeros perredistas.
Existen imagenes de la notable tlaxcalteca golpeando y empujando a la diputada Valentina Batres Guadarrama, comiendo sandwiches y tomando red bulls en aquellas guardias nocturnas y finalmente con una gran sonrisa cuando Felipe Calderón tomó posesión enmedio de insultos, gritos y excesos de parte del Estado Mayor Presidencial.
En lo que respecta a su trabajo legislativo, ha presentado sólo dos puntos de acuerdo. Es secretaria de la Comisión de Comunicaciones, integrante de la Comisión de Medio Ambiente y Recusos Naturales, así en la de Derechos Humanos.
Ella, como el resto de sus compañeros, es una diputada más, perdida en la marea de los 500 diputados que pasaran a la historia por la pobreza y mediocridad de su trabajo legislativo.